Pues lo
prometido es deuda, aquí les comparto los resultados de la investigación
realizada sobre el desarrollo de la inteligencia emocional.
Investigación
de desarrollo de la Inteligencia Emocional en el Plantel 09
El
estudio realizado se llevó a cabo en el Centro de Bachillerato Tecnológico
Industrial y de Servicios Plantel 09, ubicado en una zona rural del Estado de
Tlaxcala, específicamente en la asignatura de Lectura Expresión Oral y Escrita
(LEOyE). La materia se encuentra impartida por la profesora Guadalupe Solis
Gracia, egresada de la Licenciatura en Literatura Hispanoamericana del Estado
de Tlaxcala, y cuenta con una experiencia docente de más de ocho años.
La
materia en cuestión se encuentra estructurada por los planes y programas de la
DGETI, bajo un enfoque comunicativo dirigido al “desarrollo de las competencias
comunicativas, mismas que se adquieren mediante el uso y práctica de
estrategias lingüísticas y extralingüísticas” (Acuerdo Secretarial 653: 2013),
del mismo modo este enfoque se despliega en consonancia con diversas
subcompetencias comunicativas tales como la lingüística, sociolingüística,
discursiva, estratégica, literaria y semiológica.
Si bien, en el plan se busca el desarrollo de subcompetencias
comunicativas enfocadas en la formación académica de los alumnos no se menciona
el impulso de la inteligencia emocional en el desarrollo de las actividades de
alfabetización. La necesidad del maestro por emplear y desarrollar la
inteligencia emocional, esta “habilidad para percibir, valorar y expresar
emociones, […] para acceder y generar sentimientos que faciliten el
pensamiento; […] para comprender emociones […] y […] para regular las emociones
promoviendo un crecimiento emocional e intelectual”(Mayer y Salovey, 1997), es
un asunto que debe ser inherente del proceso de adquisición de
conocimientos, puesto en el salón de clase se interactúa con personas que
sienten y piensan. En este sentido, es importante conocer la visión del docente
sobre los elementos emocionales en el proceso de aprendizaje de los contenidos
en dicha materia. Así pues, el objetivo general de esta investigación se centró
en observar de qué manera el docente de la materia de Lectura, Expresión, Oral
y Escrita I implementa estrategias orientadas al aprendizaje emocional.
La obtención de información sobre la investigación se realizó a través de una
triangulación de datos consistente en la aplicación de encuesta a los alumnos
de primer semestre de la materia de LEOyE; la realización de entrevista a la
profesora de LEOyE Guadalupe Solis Gracia; y la observación de clase de la
profesora en cuestión.
En primer
lugar, la aplicación del cuestionario a los alumnos tuvo como fin conocer si la
profesora de la materia de LEOyE desarrolla el aprendizaje emocional en los
alumnos, el instrumento aplicado consistió en un cuestionario de estimación de
10 preguntas estructuradas bajo una escala de Linkert de formato de
clasificación de cinco puntos: 1= Nunca, 2= Pocas veces, 3= A veces, 4= Muchas
veces y 5= Siempre. En segundo lugar, el objetivo de realizar la entrevista a
la profesora en cuestión fue conocer su visión
sobre la importancia de implementar estrategias para el desarrollo de la
inteligencia emocional de los alumnos. Finalmente, la observación de clase se
realizó para reconocer las estrategias y actividades que emplea la profesora
para el desarrollo del aprendizaje emocional.
A través del análisis de los datos de la encuesta a los alumnos se
observó que la frecuencia con la que el profesor hace uso de estrategias para
desarrollar la Inteligencia Emocional es realizada sin mucha regularidad pues
el promedio de las preguntas enfocadas a esta práctica se centraron en la
opción “A veces”. Por otro lado, a fin de observar la existencia de correlación
en el desarrollo de la actividad emocional a través del aspecto literario se
pudo ver que sólo existe una ligera correlación sobre el uso de la literatura
para abordar emociones o experiencias personales, ya que los resultados
mostraron que sólo pocas veces la realización de lecturas o actividades
escritas han servido para compartir o experimentar alguna emoción.
En cuanto a los resultados de la entrevista a la profesora vale la pena
subrayar el énfasis que la maestra expresa sobre su compromiso de
utilizar la literatura para humanizar y desarrollar las emociones de los
alumnos, así como también la importancia de enseñar a los alumnos los valores y
el trabajo en equipo como parte del el desarrollo de su competencia emocional,
al igual que resaltó la importancia de la unión de la pedagogía, la literatura
y lo emocional.
Finalmente, en la observación de clase no se identificó gran uso de la
literatura para explorar las emociones de los alumnos en clase, sin embargo,
una herramienta muy utilizada por el docente para abordar los temas de la
asignatura fue el uso de la narración de anécdotas y experiencias personales. A
través de este medio se pudo corroborar la información que en la entrevista la
profesora mencionó sobre el desarrollo de valores, pues en este tipo de
actividad los alumnos compartieron percepciones emocionales de manera activa. A
continuación se muestra un cuadro ilustrativo de algunas expresiones y
actitudes utilizadas por el docente en la clase:
|
Actitud
|
Expresiones y actividades
|
Saludo
|
|
“Buenos días”
“¿Cómo están
mis amores?”
|
Desarrollo
|
Respetuosa. Se
dirige a los alumnos de usted.
Empatía
Acercamiento
físico con los alumnos (acercamiento personalizado).
Seria pero
sonriente.
Atenta
|
- Ejemplificación,
reflexión y concientización a través de anécdotas, experiencias, narraciones
chuscas, chistes.
Desarrollo de
valores.
|
Finalización
|
Respetuosa
Agradecimiento
|
Expresión:
“Carpe diem!”
|
Así pues de acuerdo con los resultados descritos arriba se puede
concluir que el valor de la forma de la maestra en desarrollar la Inteligencia
Emocional de los alumnos no radica en alguna técnica o estrategia, sino más
bien en la forma de su actitud y personalidad hacia los alumnos, puesto que
incorpora en sus clases aspectos tales como experiencias, chistes para el
desarrollo de valores y que a su vez son prácticas que permiten percibir el
estado de ánimo de los alumnos y pueden servir para que el docente pueda
“ayudar a resolver problemas y facilitar la adaptación al medio de los alumnos”
(Salovey en Fernández y Extremera, 68).